Entre las líneas enemigas

La destrucción de la atención médica en Ucrania

Introducción

Hasta la fecha, los equipos de MSF solo han podido entrar en las regiones controladas por las fuerzas ucranianas, lo que significa que solo han sido testigos de la destrucción causada por la guerra en territorio controlado por Ucrania. A pesar de los esfuerzos de MSF por obtener permiso para acceder a regiones bajo ocupación rusa, este acceso no ha sido concedido; por tanto, MSF no ha podido observar la situación en zonas bajo control militar ruso.

La siguiente información se ha recogido en zonas atacadas (Mikolaiv, Apostolove) y zonas anteriormente ocupadas por Rusia y retomadas por las fuerzas ucranianas (regiones de Donetsk y Jersón). La información se basa en la observación directa de los equipos de MSF o en lo que los pacientes y el personal sanitario local de MSF les han explicado. Aunque estos relatos solo ofrecen una instantánea de la devastación causada por la guerra, dan testimonio del sufrimiento de la población civil.

Un patrón de devastación

La línea del frente de la guerra ucraniana se extiende a lo largo de casi 1.000 km. Antes de la dramática escalada de violencia de 2022, más de 14.000 personas habían muerto en esta guerra 1 . Desde febrero de 2022, miles más han fallecido, han resultado heridas o traumatizadas, mientras que más de 5,3 millones han sido desplazados internos 2  y 8,1 millones han buscado refugio en el extranjero 3 . En respuesta a la invasión de las fuerzas rusas, el ejército ucraniano lanzó una contraofensiva en agosto de 2022. El 11 de noviembre, Ucrania había retomado 74.443 km²  4  anteriormente bajo ocupación rusa.

Desde la escalada de la guerra en febrero de 2022, MSF ha ampliado sus actividades humanitarias en Ucrania, haciendo hincapié en el apoyo a la población que vive cerca de la línea del frente, donde las necesidades humanitarias y médicas son más acuciantes. Este apoyo se ha materializado en atención quirúrgica y de urgencias, evacuación de pacientes a centros médicos más alejados de la línea del frente, suministro de medicamentos y equipos médicos esenciales, establecimiento de clínicas médicas móviles y prestación de servicios de fisioterapia y salud mental.

Instalaciones sanitarias destruidas vistas por MSF en zonas retomadas de Ucrania. Octubre-diciembre de 2022

Tras el desplazamiento de la línea del frente hacia el sureste, los equipos de MSF evaluaron las necesidades médicas y humanitarias de la población de 161 pueblos y aldeas que habían quedado atrapados entre las cambiantes líneas del frente en las regiones de Donetsk y Jersón. El objetivo era proporcionar tratamiento médico a quienes seguían viviendo en el territorio en disputa; a menudo, los equipos médicos trabajaban a 12 km de la línea del frente. Lo que presenciaron fue un patrón de devastación: casas, tiendas, parques infantiles, escuelas y hospitales reducidos a escombros por los incesantes bombardeos.

Drobysheve, un pueblo de la región de Donetsk, fue uno de esos lugares. Los equipos médicos de MSF no encontraron ni un solo edificio con la integridad estructural necesaria para servir de clínica improvisada; al final reutilizaron contenedores de carga importados como clínicas. En otras 10 aldeas de las regiones de Jersón y Donetsk usaron la misma práctica.

Como en el caso de Drobysheve, algunas de las aldeas de las regiones de Jersón y Donetsk han sufrido dos o tres cambios de control entre los dos bandos, con intensos combates. En la batalla por pueblos como Drobysheve es muy probable que la destrucción se debiera al uso de artillería pesada por ambos bandos, dejando poco respiro a aquellos atrapados en medio.

“En algunas de las ciudades y pueblos donde trabajamos, la destrucción es absoluta. En 25 años de trabajo en zonas de guerra, quizá solo haya uno o dos casos en los que haya visto una devastación similar: lugares como Mosul o Grozny. A lo largo de los 1.000 km de línea del frente en Ucrania, algunas zonas simplemente han sido borradas del mapa”  Christopher Stokes, coordinador de programas de MSF en Ucrania 

En las zonas de la región de Jersón retomadas por las fuerzas ucranianas, 89 estructuras médicas han sufrido daños que impiden su funcionamiento 5 . Teniendo en cuenta las ciudades y pueblos en los que se encontraban estas instalaciones y el número de personas desplazadas, más de 163.000 personas se han quedado sin acceso a estructuras médicas 6 .

Ataques a las estructuras sanitarias

A principios de 2022, los trabajadores médicos de MSF ya eran testigos de ataques a centros sanitarios con diversas armas

A principios de 2022, los trabajadores médicos de MSF ya eran testigos de ataques a centros sanitarios con diversas armas

El 4 de abril de 2022, un equipo de MSF visitó la ciudad de Mikolaiv, en el sureste de Ucrania, para reunirse con las autoridades sanitarias municipales y regionales

Alrededor de las 15:30 h, cuando el equipo entraba en el hospital oncológico de la ciudad, que lleva tratando a pacientes heridos desde finales de febrero de 2022, los alrededores del hospital quedaron bajo el fuego de las fuerzas rusas

Tras varias explosiones cerca de ellos, el equipo salió de su refugio y vio muertos y heridos en la calle. Más tarde, ese mismo día, presenciaron un ataque contra el hospital pediátrico de la ciudad

No había un cráter enorme, como en tantas otras explosiones, sino numerosos agujeros pequeños en el edificio y en el suelo que rodeaba la zona, un impacto compatible con el uso de bombas de racimo 7 

En la mañana del 15 de junio de 2022, otro equipo de MSF fue testigo de daños similares en la dirección del hospital de Apostolove, en el sur de la región de Dnipró. Se trataba de un hospital en funcionamiento que había sido tiroteado durante la noche. Una vez más, había cientos de agujeros en el edificio del hospital y en el suelo, y fragmentos de metralla en la clínica y sus alrededores. Como consecuencia de este ataque, el director del hospital y los equipos médicos de MSF suspendieron las actividades médicas durante varios días hasta que se descontaminó la zona y se confirmó que era segura, lo que impidió a los pacientes acceder a la atención médica en caso de emergencia.

Tras la contraofensiva ucraniana, MSF pudo llegar a numerosas estructuras médicas situadas en antiguas zonas ocupadas por Rusia, tanto en la región de Jersón como en la de Donetsk. Los equipos médicos de MSF descubrieron que las instalaciones habían sido saqueadas, mientras que los vehículos médicos, incluidas las ambulancias, habían sido destruidos. En el interior de dos de estas instalaciones vieron armas y explosivos.

Aunque la destrucción generalizada de infraestructuras civiles por bombardeos y ataques aéreos está bien documentada en esta guerra, MSF también fue testigo de tres casos distintos de presencia de minas antipersona dentro de recintos hospitalarios en funcionamiento: los días 8, 11 y 15 de octubre de 2022. Estas estructuras médicas se encontraban en zonas anteriormente bajo ocupación rusa en las regiones de Jersón, Donetsk e Izyum.

“El uso de minas terrestres está muy extendido en las zonas del frente, pero verlas de verdad colocadas en estructuras médicas es espeluznante...”

“...un acto increíble de inhumanidad”

“Envía un mensaje claro a quienes acuden en busca de medicinas o tratamiento: los hospitales no son un lugar seguro”

Vincenzo Porpiglia, coordinador de proyectos de MSF en la región de Donetsk

Otro ejemplo fatal de los peligros a los que se enfrentan los centros y proveedores de atención médica fue el bombardeo de la plaza principal de la ciudad de Jersón el 16 de diciembre de 2022, donde MSF había establecido previamente una clínica médica móvil, pero interrumpió sus actividades por el peligro de los bombardeos

Tras la retirada de MSF, la Cruz Roja Ucraniana reanudó las clínicas médicas móviles; cuando el lugar fue atacado, murieron dos personas

 

Sistema sanitario bajo ocupación

Entre el 15 de noviembre de 2022 y el 19 de febrero de 2023, los equipos médicos de MSF realizaron unas 11.000 consultas a personas en pueblos y aldeas de zonas de las regiones de Donetsk y Jersón anteriormente ocupadas por Rusia. Estos equipos observaron que las personas que no habían podido huir tenían pocas opciones para acceder a la atención sanitaria. La mayoría (65%) de los pacientes eran mayores, tenían menos movilidad o padecían enfermedades crónicas, como hipertensión crónica, enfermedades cardiovasculares y diabetes. A menudo, estas enfermedades crónicas llevaban varios meses sin recibir tratamiento, mientras que la escasez de alimentos les había impedido controlar su dieta, lo que les provocaba problemas de movilidad, vista y función muscular, y aumentaba su dependencia de otras personas.

Entre noviembre de 2022 y enero de 2023, MSF realizó 48 entrevistas a pacientes y profesionales de la salud, que describieron que el acceso a medicamentos esenciales y atención médica fue gravemente restringido durante la ocupación rusa. Esto corroboró los informes de muchas más consultas privadas entre personal de MSF y pacientes. Según los pacientes y los profesionales de la salud, las estructuras médicas y las farmacias que no fueron destruidas fueron saqueadas, y las fuerzas de ocupación no garantizaron el suministro de medicamentos.

“Cuando las tropas rusas entraron en nuestra ciudad, solo quedaban unos pocos médicos y personal sanitario en el hospital. No teníamos cirujanos. Todos los días traían al hospital heridos de metralla. Les ayudábamos. Poco a poco nos fuimos quedando sin suministros médicos”.

“Tuve que ir a ver a los rusos y decirles que no teníamos nada con lo que tratar a la gente. Por ejemplo, no teníamos sondas uretrales, que son necesarias para las personas con lesiones graves que están siendo tratadas en cuidados intensivos y no pueden levantarse. Teníamos que empapar estas sondas en soluciones especiales y luego reutilizarlas. Ni siquiera teníamos bolsas de recogida de orina y en su lugar utilizábamos botellas. También había una necesidad acuciante de medicamentos para personas con diabetes e hipertensión”.

“La mayoría de los que se quedaron eran ancianos y tenían enfermedades crónicas. (...) Una vez los rusos nos dijeron: ‘Escribid la lista de medicamentos, os lo daremos todo’. Les habré dado esas listas 10 veces. La lista constaba de 86 artículos y sólo nos dieron 16: vendas, gasas, cubrecamas de plástico, cánulas, jeringuillas y algunos medicamentos como analgésicos y antiinflamatorios. Les pregunté: ‘¿Cómo debo tratar, por ejemplo, la hipertensión o la diabetes?’”. — Médico, región de Jersón

Hospital de Kostyantynivka, región de Donetsk, Ucrania

Las dificultades para obtener medicamentos y acceder a atención médica se ven corroboradas por los mensajes enviados por teléfono móvil entre los equipos médicos de MSF y los médicos y enfermeros ucranianos que trabajaban en las zonas ocupadas por Rusia de las regiones de Jersón y Zaporiyia, que solicitaron reiteradamente que se les suministraran medicamentos esenciales.   

De mayo a septiembre de 2022, MSF pudo atender un número limitado de estas peticiones con el apoyo de organizaciones de voluntarios ucranianos, que trabajaron para trasladar medicamentos y suministros esenciales desde territorio controlado por Ucrania a zonas bajo control militar ruso. El único punto de paso autorizado oficialmente en la línea del frente estaba en Vasylivka, una ciudad de la región de Zaporiyia. Sin embargo, desde septiembre de 2022, se impidió el flujo de suministros que entraban en las zonas ocupadas por Rusia desde Ucrania, y los equipos de MSF no tuvieron más remedio que dejar de enviar suministros médicos.

Según los informes de los pacientes, algunas personas sobrevivieron durante meses sin medicamentos esenciales en zonas de encarnizados combates; muchas estaban visiblemente debilitadas por sus experiencias, que a menudo incluían ver sus aldeas convertidas en campos de batalla, bombardeos incesantes y la desaparición y muerte de familiares.

Hospital de Kostyantynivka, región de Donetsk, Ucrania

  “Varias personas se acercaron a nosotros durante las clínicas móviles porque tenían dolor. Solo necesitaban analgésicos, pero no habían tenido acceso a ellos en su pueblo durante la ocupación. Nos dijeron que no habían visto médicos ni paramédicos durante la ocupación; algunas personas recibieron medicamentos como otra ayuda humanitaria, pero no sabían cómo utilizarlos”.

“Traté a un hombre que necesitaba un apósito para su herida, pero no tenía nada desde hacía meses. No tenía soluciones desinfectantes, ni antisépticos, ni material para apósitos. Se limitaba a lavar y reutilizar el apósito” Médico de MSF, equipo de clínica móvil, región de Donetsk

Los pacientes contaron a MSF que su capacidad para recibir tratamiento en los centros médicos se veía limitada por diversos factores, como las restricciones de movimientos. En varios casos, los aldeanos no pudieron salir de sus casas durante meses, ni siquiera para buscar medicamentos esenciales.

Debido a la destrucción de las estructuras sanitarias, las personas que necesitaban atención de urgencia tuvieron que recorrer distancias mucho más largas que antes, por terrenos peligrosos, exponiéndose a mayores riesgos. Una paciente de 65 años del pueblo de Borozenske, en la región de Jersón, describió cómo tuvo que acompañar a su marido a través de 12 puestos de control para acudir a una consulta médica de urgencia mientras la zona estaba bajo ocupación rusa:

Paciente de MSF, pueblo de Borozenske, región de Jersón

“El ambulatorio de Borozenske sufrió graves daños durante la ocupación. Robaron todos los ordenadores y equipamiento. En mayo, mi marido se resbaló de una escalera y se lesionó gravemente el pie. Nos pusimos en contacto con el médico que trabajaba en el ambulatorio, pero no pudo ayudarnos: ya no tenía medicamentos ni equipos, así que nos recomendó que fuéramos al hospital de Berislav. Está a 50 km de Borozenske y tuvimos que cruzar 12 puestos de control rusos para llegar al hospital. Teníamos que volver a Borozenske antes del toque de queda impuesto. Pueden imaginarse cómo, ante estos retos, el acceso a la atención sanitaria no era una prioridad para la gente, a menos que fuera una cuestión de vida o muerte” — Paciente de MSF, pueblo de Borozenske, región de Jersón

Aunque es difícil discernir un patrón claro, las entrevistas realizadas a pacientes de MSF indican que el trato a los civiles y su acceso a la atención sanitaria bajo la ocupación rusa dependían del comportamiento impredecible de las distintas unidades rusas.

Numerosos pacientes de MSF describieron sus peticiones de ayuda y medicinas a las autoridades de ocupación, con resultados diversos. A veces, las peticiones de ayuda eran denegadas rotundamente, incluso por médicos militares; en otras ocasiones, se pedía a la gente que escribiera listas de los medicamentos necesarios, aunque éstas nunca se materializaban.

Los pacientes indicaron que el comportamiento de las unidades rusas fue muy variado: algunas trabajaron activamente para tratar a los civiles heridos y garantizar el suministro de medicamentos, mientras que otras saquearon farmacias e instalaciones médicas.

Además, médicos que antes vivían en zonas ocupadas por las fuerzas rusas describieron a los equipos de MSF el trato recibido a manos de los soldados, que incluía intimidación, detención, violencia y malos tratos. Un médico que trabaja en un centro actualmente apoyado por MSF describió sus experiencias:

Médico, región de Mikolaiv

“Soldados rusos vinieron a mi casa a detenerme. Me llevaron al departamento administrativo, donde me interrogaron durante dos horas. Me dijeron que querían que el personal del hospital colaborara con ellos. Me golpearon. Me ordenaron que dejara de hablar ucraniano”.  

“Al final me soltaron, pero los soldados volvieron una semana después, esta vez al hospital. Me esposaron delante de todo el personal del hospital. Me obligaron a subir a un vehículo y me llevaron al sótano de mi casa, donde volvieron a golpearme. Eran al menos diez. Destrozaron todo lo que había en el sótano, la casa y el garaje”.

“Se quedaron con las llaves de mi casa y me llevaron a la comisaría ocupada por los rusos. Me metieron en una celda del sótano durante media hora antes de que un soldado se reuniera conmigo y me dijera que tenía unas horas para abandonar la zona o me matarían. Me dijeron que no volviera al hospital ni hablara con nadie del personal”.

“Me sentaron en el coche y me siguieron en dirección a la zona gris. La carretera estaba llena de minas terrestres. Empecé a conducir, aterrorizado de morir en mi coche. Conseguí cruzar los campos hasta llegar a las fuerzas armadas ucranianas. Les mostré los cortes y moratones causados por las esposas en mis manos, y me ayudaron a cruzar a territorio controlado para llegar hasta mi familia”. — Médico, región de Mikolaiv

Conclusión

El nivel de destrucción en la guerra de Ucrania ha sido masivo y en este proceso se han dañado las estructuras médicas. Esto repercutirá a largo plazo en el acceso de la población a la atención sanitaria. En entrevistas realizadas por MSF, pacientes que vivían en territorios ocupados por Rusia desde la invasión de febrero de 2022 informaron de graves restricciones en su acceso a medicamentos esenciales e instalaciones médicas, así como del saqueo de hospitales y farmacias. Sus informes coinciden con el estado médico de muchos pacientes de MSF, muchos de los cuales estuvieron sin tratamiento durante meses.

Las partes beligerantes deben respetar el derecho internacional humanitario y cumplir con su obligación de proteger a la población civil y las infraestructuras civiles; los hospitales y otras estructuras sanitarias nunca deben ser objetivos. Las partes beligerantes deben permitir el suministro sin obstáculos de medicinas y material médico que salvan vidas y proporcionar a quienes lo necesiten un acceso seguro y sin trabas a la ayuda humanitaria independiente.

MSF trabajó por primera vez en Ucrania en 1999. Desde el 24 de febrero de 2022, ha ampliado y reorientado significativamente sus actividades para responder a las necesidades causadas por la guerra en Ucrania. Actualmente, MSF trabaja en Apostolove, Dnipró, Fastiv, Ivano-Frankivsk, Járkov, Konstiantynivka, Kropyvnytskyi, Krivói Rog, Kiev, Leópolis, Lyman, Mikolaiv, Odesa, Pokrovsk, Sloviansk, Ternopil, Uzhhorod, Zaporiyia y Zhytomyr. Los servicios médicos incluyen cirugía de urgencia, tratamiento de la tuberculosis, atención a supervivientes de violencia sexual, fisioterapia y atención mental. La organización también gestiona una flota de ambulancias y un tren especializado en evacuaciones médicas; en 2022, 2.558 pacientes, entre ellos 700 con lesiones de trauma, fueron evacuados desde cerca de la línea del frente.

 1  Fuente:  UN OCHA .  2  Fuente:  IOM .  3  Fuente:  UNHCR .  4  Fuente: Institute for the Study of War.  5  Fuente: Autoridades regionales de Jerson.  6  Fuente: Autoridades regionales de Jerson.  7   https://www.msf.org/msf-team-witnesses-hospital-bombing-mykolaiv